La mansedumbre no es una debilidad. A menudo es malinterpretada, pero Jesús nos dice que debemos aprender de él pues es manso y los mansos recibirán por heredad la tierra. Es una gloriosa virtud que tiene una gran cantidad de buenos efectos y que son de gran importancia para el trato con nuestros semejantes.
La mansedumbre se manifiesta en toda la vida de Jesús, sin embargo, hecho a los mercaderes del templo cuando fue menester. Aquí te muestra el Señor que no se puede ser manso ante la injusticia, por lo que, él es el verdadero testimonio de que no se debe confundir la mansedumbre con la debilidad o el sometimiento.
¿Cómo se puede manifestar la mansedumbre?
Hablar y hacer algo antes de pensarlo son dos de las debilidades que ocurren con mayor frecuencia en todos los seres humanos, y una de las cosas que suceden a menudo para después arrepentirnos. Si sabemos esto, podemos entender que la mansedumbre lo que hace es lograr que una persona considere sus acciones antes de realizarlas.
Es muy diferente a que las personas actúen por impulso. Recuerda que tenemos dos oídos y una boca, como símbolo de que es necesario oír, esperar, permanecer en silencio pensando un instante y luego si responder. Por eso, en nuestro corazón debemos ser tardos para la ira. Esta es la verdadera mansedumbre.
¿Que dice Jesus sobre el adulterio?
Juan 8, del 1 al 11, muestra como reaccionó Jesús ante el adulterio, en cuanto le preguntaron que pensaba hacer con aquella mujer, el no respondió de inmediato, sino que se agacha y escribe en la arena, pero en cuanto escuchó la voz del padre habló con autoridad “quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. La mansedumbre es actuar oportunamente, tenemos que ser mansos para oír la voz de Dios y estar preparados alimentándonos espiritualmente para salir en defensa, como se indica en 2Timoteo 2:24, y en Gálatas 6:1.