Job es el ejemplo perfecto de la paciencia, desde siempre fue fiel a Dios, y tenía un punto ideal de su vida, con hijos maravillosos, pero nos cuenta el libro que, Satán al ver esta situación, le dice a Dios que le permita herir a Job en sus sentimientos, para que note como renegará de él, puesto que, le parece que la fidelidad de Job depende de que su vida es perfecta.
Es entonces cuando Dios le permite hacerlo, con una sola condición, no le permite matar a Job.
Nos narra la biblia, que es entonces cuando Satán comienza a quitarle al profeta sus cosas materiales, y, este, luego, pierde a sus hijos, sus criados, su ganado, incluso su mujer se puso en su contra por seguir fiel a Dios, y por último, Satán le enfermó, y aunque, tuvo que padecer todo esto, Job siempre siguió con su fe viva en Dios.
Luego, de ello Dios recompensó a Job dándole todo lo que necesitaba, devolviendo duplicadas sus riquezas.
La fe no debe depender de tus necesidades
Una de las grandes enseñanzas de Job, es que la fe no debe depender de lo que necesitas. Dios no es un cajero automático al que le tecleas una oración y te devuelve lo que tu quieras.
Tengas poco o mucho, es importante que siempre estés de la mano de Dios. Si tienes abundancia, ora y agradece al Señor, pide entonces para los demás, siempre tenemos un familiar o un amigo necesitado y si puedes ayudarlo, hazlo. Si tienes poco, agradece a también y solicita lo que deseas
Ten en cuenta que Dios siempre te escucha, solo que a veces la respuesta es no, Déjame hacerte una pregunta: ¿Si eres padre, siempre le dices sí a tus hijos? ¿Cedes a todos sus caprichos? Bueno, ya encontraste la respuesta, así que, mucha paciencia, como Job.