El apóstol Pablo fue quién habló de los frutos del Espíritu Santo, que resumen las virtudes cristianas, estos frutos son el amor, la bondad, la fe, la mansedumbre, la templanza, la benignidad, y la templanza.
En Gálatas 5: 22 los encontrarás, muchas veces se malinterpretan pensando que se dan escalados o por separado, pero en realidad, estos frutos del Espíritu Santo van dándose de forma simultánea.
Los frutos del Espíritu se desarrollan en diversas circunstancias
Quizá una de las cosas más interesantes de los frutos del espíritu santo, es que estos se desarrollan simultáneamente, por ejemplo, en cuanto piensas en ser más amoroso con tu familia, la bondad con sus familiares se fortalece, la fe en Dios y en ti mismo aumenta, la mansedumbre debe ser uno de los puntos que más se tratan, la templanza y la benignidad actúan en conjunto.
Es como si el desarrollo de estos frutos, fuesen más necesario uno u otro según la circunstancia, pero siempre actúan en conjunto.
Otros versos que hablan sobre los frutos del Espíritu Santo
Si bien Pablo es quien habla directamente de los frutos del Espíritu Santo, también son referidos en otros versículos de la Biblia, como en Mateo 12:33, Juan 15, Efesios 5:9, hebreos 12:11, Santiago 3:18 entre otros.
Los frutos del espíritu son sin duda lo que debemos practicar como buenos cristianos, por lo que entre más te esfuerces por tomar uno de ellos y hacerlo partícipe en tu vida, notarás los cambios que pueden mejorar notablemente tu vida.
Te fortalecerás de una forma muy impactante, cada cambio que apliques en tu vida siempre tendrás una respuesta en quienes te rodean y notarás en cada paso el fortalecimiento de tu fe, así que ¡comienza ahora a cultivar los frutos del espíritu Santo.