La mansedumbre es uno de los frutos del Espíritu Santo, como se explica en Gálatas 5:22. La mansedumbre es la virtud que te ayuda a controlar la ira y los efectos desordenados de ella. Es una forma de templanza, pues no te deja ceder ante el movimiento desordenado que la ira puede tener, y que te hace arrepentirte después de lo que has dicho, o de la forma como has actuado.
Mansedumbre y Templanza de Jesús.
Una de las virtudes del espíritu es la Templanza o el dominio propio. Cuando Jesús fue arrestado no se defendió, incluso sanó a uno de sus captores cuando Pedro le cortó una oreja, como puedes leer en Juan 18 y en Lucas 22. El se hubiera podido defender, tenía muchos seguidores que con gusto darían la vida por él, pero, no lo hizo porque estaba obedeciendo a Dios
En tu vida no tendrás pruebas tan grandes como las de Jesús, pero sí puedes tener fuerza de voluntad para tener la mansedumbre y la templanza poco a poco en tu vida.
Puedes comenzar a tener la templanza de tu lado cuando no comes esos dulces que tanto te encantan, cuando ya pasas todo un día sin fumar un cigarrillo, cuando no ingieres alimentos de más, y la mansedumbre cuando ya no le contestas de mala gana a tus padres o a tu pareja, e incluso a tus hijos.
Un dia una bendicion
Cada día es una oportunidad para que la templanza y la mansedumbre sean cada vez mayores en ti, así que comienza por pequeños retos, y ve cambiando poco a poco.
Cuando actuamos como Cristo actuó vamos produciendo fruto. Tu familia y amigos notarán el cambio, verán en verdad como te conviertes en una persona ejemplar alejada de los vicios, y aunque en principio te criticarán, te comenzarán también a hacer preguntas acerca de cómo lograste cambiar y seguramente podrás hablarle de la templanza y la mansedumbre.